Desde comerciantes, mineros, empresarios, industriales, teológos, hasta piratas y corsarios; a todos ellos los usó Dios para empezar su obra en lo que ahora es México -entre otros países latinomareicanos- aún con la oposición tan fuerte de la contrarreforma y la inquisión, que buscó aniquilar toda "herejía luterana" como primeramrente le llamaron a lo "no católico".
Pero como es necesario que todo ser humano sea alimentado en "alma y cuerpo", Dios envió su palabra escondida en barcos que traían mercancía, otros que traían cierta maquinaria de su época, otros que traían pasajeros a colonizar estas tierras, y muchas otras veces llegó abiertamente en algunos/as valientes que se declararon públicamente "protestantes" (aunque muchos murieron por eso).
Dios lo hizo porque sabía que nosotros, como todos los pueblos, teníamos necesidad de ser alimentados física y espirtualmente, porque "no sólo de pan vivirá....también de la Palabra Dios".