¿Cuánto tiempo llevas oyendo la palabra de Dios? ¿Meses, años, décadas?, qué bueno que eres oidor de la Palabra de Dios, pero, todavía hay algo más.¿Cuánto tiempo llevas hablando de la palabra de Dios? ¿Meses, años, décadas?, qué bueno que eres predicador de la Palabra de Dios, pero, todavía hay algo más.
Te imaginas a un predicador que no es hacedor de la Palabra, que ilógico. Te imaginas a un oidor que no es hacedor de la Palabra, también es ilógico, entonces para qué predicarla, y entonces para qué oirla. Sería mejor no oirla, sería mejor no predicarla.
Un predicador que no vive la Palabra de Dios es solamente un hablador, pero lo mismo podemos decir de un oidor que no la vive, es solamente un oidor, tan malo lo uno como lo otro. La Palabra de Dios es para predicarla, oirla, enseñarla, anañizarla, desmenuzarla, apropiarse de ella, pero, sobre todo esto, para vivirla.
De habladores y oidores están llenas las iglesias. Dios quiere que las iglesias estén llenas de hacedores, no tan solamente oidores; de hacedores, no tan solamente predicadores; mucho menos habladores; hacedores es la diferencia, ser hacedores es, hasta donde debemos llegar, pero, qué difícil.
Claro, si nos soltamos de la mano de Dios, no tan solo es difícil sino imposible, recuerda lo que dice Jesús: "separados de mí, nada pueden hacer"; entonces, hay que tomarse fuertemente de Jesús, así lo enseña Pablo "todo lo puedo en Cristo".
Soltados de Cristo nada; tomados fuertemente de él, todo. Soltados de Cristo, solamente oidores y habladores; tomados fuertemente de él oidores, predicadores y hacedores, que gran diferencia.
