El crecimiento de la iglesia es proporcional al trabajo que realizan cada uno de los miembros, por eso Dios ha dado dones, ministerios y operaciones a cada miembro, a través del Espíritu Santo.
Como cristianos/as frecuentemente ignoramos el aspecto espiritual, pero cuando lo entendemos y ponemos en práctica las cosas cambian radicalmente.
La diversidad de dones, ministerios y operaciones son un recurso enorme para el crecimiento, pero como lo ignoramos, no lo utilizamos, ignoramos que nuestra lucha, es una lucha espiritual. Y como presbiterianos, creemos que lo espiritual no es parte de nosotros, pero Dios a través de Pablo nos recuerda que todo se hace con "el entendimiento" y con "el espíritu".
La diversidad de dones, ministerio y operaciones enriquece el crecimiento de la iglesia.
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